Me encuentro atrapado,
preso entre él va y ven de tus
caderas,
a la merced de tus caprichos, me toca estar y no estar según lo
que tú quieras,
prisionero de tus labios,
tu olor es el señuelo y el
sabor de tus besos el veneno,
caigo rendido, no puedo resistirme,
lo peor está
por venir, yo extrañándote cada noche,
dime como lo hiciste,
como
logras que ande como mendigo detrás de una mirada tuya y no la encuentro,
entro en desespero y no sé si sabe la desdicha que llena mi corazón cada vez
que me apartas de ti, quizás sin saber lo haces,
trato de consolarme creyendo,
lo que se cree cuando se está enamorado,
en mi alma solo hay un cuarto con luz
esperando que tu toques la puerta y todo se ilumine,
sé que no llegaras, porque
mientras yo te recuerdo a cada instante,
tú haces lo posible por olvidarme,
no
quiero oír más tu nombre me cansa el tormenta que me causa,
que nadie me la
recuerde por favor,
cada vez que deseo algo intensamente el destino se hace
cómplice para que se aparte de mí y siga errante en mi sufrimiento y me
pregunto te podre olvidar,
clavar una daga a este necio corazón seria lo
propio, para acabar con este sufrimiento y lo más triste viene me acuesto con
la esperanza sublime de mañana tropezarme con tus ojos y volver a caer en la
trampa.
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